lunes, 6 de agosto de 2012

Hola, soy Ana y he sobrevivido a la Pita Floja


Yo soy Ana
 Y uno se preguntará, ¿qué es la Pita Floja?  Pues eso se lo deberíais preguntar a Madre Ana (no somos la misma persona, eh?) aunque después de la experiencia ya os lo cuento yo…
Pita Floja es una aldea del departamento de Verapaz Alta, que es donde nos encontramos, pero que está súper alejada de San Cristóbal. Aunque Madre Ana dijo que sólo necesitaríamos una hora y media para llegar en coche hasta el punto desde donde empezaríamos a caminar, lo cierto es que los cálculos no son lo suyo y necesitamos 4 horas.
Aldea Pita Floja

Ahí estábamos ventitantas personas divididas en dos coches, junto con los colchones, las mantas, algo de ropa y los apretujones propios de ir hacinados en un pick up. Después de ser bienvenidos al “derrumbe”, atravesarlo, 
Comienzo del viaje. Preocupada por haberse manchado la zapatilla! No sabía lo que me esperaba
No teneis una toallita?

Conduzca con precaución

no pagar el peaje (#jonovullpagar), subir mil cuestas con el coche agonizando(he de reconocer que hasta llegué a soltar el volante para alentar al coche, provocando el pánico entre los que me acompañaban), bajarlas e ir cambiando todo el viaje de primera a segunda y en algún que otro tramo, tercera, llegamos a la aldea desde donde empezaríamos a caminar: “La Soledad”, en ese momento no sabíamos la repercusión que este nombre tendría…
Repartiendo mercancias

Empieza la aventura
 17,30 de la tarde, comenzamos a caminar en el grupo de cabeza, mientras los Pita flojenses cargaban con los colchones. 17,32 primera caída de culo. Pensaréis que una es muy lerda, pero no, el camino, bastante empinado, estaba lleno de lodo (barro) así que zapatillas hechas un asco y pantalón y camiseta más de lo mismo. Antes de las 18,00 y pese a haber empezado las primeras, Salomé, Esther, Margarita, Amilcar y yo ya estábamos los últimos. Todos ellos podrían ir en la “tête de la course” pero muy amablemente decidieron solidarizarse conmigo y me acompañaron tooooooodo el trayecto. 




Aunque Amilcar necesitaría una entrada propia en este blog o, al menos por mi parte, la creación de un club de fans, os resumiré brevemente quién es. Él trabaja en el colegio y en el hogar como conserje-manitas y es oriundo de Pita Floja, así que conoce perfectamente tooooodos los caminos y claro está fue nuestro salvador! Que me caía… ahí estaba Amilcar, que se hacía de noche… ahí sacaba su linternita (la única para los 5), que no sabía dónde pisar… él indicaba el camino y me alentaba diciendo “Ahí está!” (esto no lo entenderéis hasta que no nos oigáis decirlo en vivo y en directo) Un héroe señores!!!
Amilcar, nuestro héroe
 Y por si fuera poco, en un momento de flojedad, tras medio desmayarme y que Esther, Margarita y Salomé me hincharan a Gatorade, galletas de Oreo y alguna que otra chuchería para ganar algo de glucosa, donde dije que ya no podía más, que me quedaba a dormir allí en medio de aquella “selva”, él tenía a algún familiar con casa a medio camino. Así que, ya bien entrada la noche, cuando teníamos que tomar la decisión de quedarnos a dormir en casa del tío o seguir hasta Pita Floja, yo lo dejé en sus manos y después de que las tres le hicieran un interrogatorio en menos de 1 minuto, decidimos continuar. Eso sí, tras hablar por el móvil con su otro tío, (aunque no lo creáis, en la “selva” sí hay cobertura, jeje) vinieron éste y otro más a “rescatarnos” con más linternas. 
Los precipicios nos acompañaron

Seguimos bajando la ladera, yo cayéndome, arremangándome los pantalones llenos de barro, subiéndome las gafas con dignidad; Amilcar insistiendo con su “Ahí está” cada vez que dábamos un paso en firme; Salomé, Margarita, Esther y los otros dos a su rollo y riéndose de la situación  a la par que contemplaban las luciérnagas que se posaban delante de nosotros y por fin llegamos al río, que obviamente, habíamos de atravesar cruzando “el puente”. 

Las cuestas fangosas

Allí estaban esperándonos la Madre Ana y otros hombres de la aldea, cargados con sus colchones, todos preocupados por cómo llegaríamos. Aunque suene muy intenso, he de decir que fue una sensación muy bonita, porque gente a la que no conocíamos de nada, nos esperó para ver cómo estábamos, ayudarnos a cruzar y acompañarnos en el final del trayecto. En todo momento tuvieron paciencia y se preocuparon por nosotras (por unas más que por otras, jaja) Todo un ejemplo de solidaridad, amistad y humanidad.
Nos dijeron que el resto ya habían llegado a la aldea (ahora simplemente quedaba una “pequeña” subida y estaríamos en la aldea) y que Jaime, otro chico que nos acompañaba, se había caído haciéndose una pequeña brecha en la barbilla. (Al menos el protagonismo del viaje era ahora compartido, jajaja)
Jaime en el intento de rescate de su mochila!
 Comenzamos a cruzar, primero  nuestro salvador Amilcar, marcando el camino, luego el resto. Claro está, lo “peor” que nos podía pasar era caernos al agua (no Esther?) pero dentro del cupo de caídas no se contemplaba ninguna en el río, así que haciendo malabarismos por “el puente” (cuatro ramas atadas con mucho esmero y desafiando a cualquier ingeniero que a su vez, tenían como punto de apoyo los enormes pedruscos ) logramos llegar a la otra parte del mismo.
El héroe en acción

A partir de ahora comenzaba la subida para llegar a la aldea. Muy empinada, con tramos en los que simplemente escalábamos y con la mítica frase de Madre Ana “Ya estamos, que esto yo ya lo conozco” que repitió una docena de veces. “ A las 21:30, sí, 4 horas más tarde, para un trayecto que ellos hacen en 45 min (de día claro) , llegábamos a la aldea, con barro hasta en las cejas y con calcetines y botas que no volverían a estar secas hasta pasado tres o cuatro días, jajaja. 

Una vez allí cenamos un caldo de gallina que nos habían preparado, matando previamente 3 gallinas sólo para todos nosotros. Nos sentó de maravilla y tras un intento de aseo, nos fuimos a la cama. Estrenamos los colchones que habían llevado y que estaban dispuestos en la iglesia de la aldea. 
La suit real

Se pasó toda la noche lloviendo, algunos no lo escucharon, otros, como yo, sólo pensaban en la cantidad de lodo que nos esperaría el día siguiente. A eso de las 5 cesó ligeramente y el gallo amigo de Esther comenzó a cantar
8:00 de la mañana, todos despiertos, listos y preparados para desayunar caldo y pescado (tras pescar 21 peces la noche anterior y tras un intenso intento de buscar la manera de ingerirlo al final se opto por dejarlo, menos Esther, que como una campeona se lo comió todito to!). Acabado esto, celebración de la palabra, con gente venida de otra aldea cercana, palabras y reflexiones emocionantes y alguna que otra lagrimilla. Tras esto, foto de familia, y puesta a punto (haciendo unos retoques de moda, para poder atravesar sin tantos incidentes el laborioso camino de vuelta, aunque no estén rectos no pasa nada). 

De nuevo, más caídas (no os preocupéis, que yo me levanto sola) lecciones de botánica a cargo de Amilcar, alguna foto del camino y por fin llegada al río. 
Aunque parece que están barriendo, NO, están andando

Esta vez, acompañados por el solecito, algunos se dieron un baño, otros descansamos y vuelta a la marcha. Rubén (Catequista de Pita Floja), Salomé y yo iniciamos el camino un poco antes  que el resto, ya que mi paso así lo requería. 
Quiero seguir andando, por favor


Alguna que otra caída más, clase de agricultura en la zona y reencuentro con el resto del grupo cuando ya sólo quedaban 7 vueltas para llegar a la cima. 
Se acabaron las vueltas, llegada a la Cumbre

Todo iba casi rodado, en el tiempo más o menos estimado, esto es, 4 horas, estábamos arriba, hasta que un grupo de vacas y toros, descansando plácidamente, se cruzó en nuestro camino. Amilcar, de nuevo, estaba allí para cualquier contratiempo, aunque no fue necesario. Ninguna de ellas, así como tampoco el toro, se movieron. Veinte minutillos más de camino y por fin en el coche!!! 
Sucios, unos más que otros, con picadas de mosquito, moratones o heridas de guerra, pero todos por fi de nuevo en La Soledad.
Momento apocalíptico...

He llegado!!!!

Inicio del viaje de vuelta, ahora en coche, con algo de lluvia a medio camino y paradita para comer algo y reponer fuerzas. También se nos volvió a hacer de noche, aunque después de lo acontecido, eso no tenía importancia.

Llegamos sobre nueve y pico, Jaime directo al hospital con Madre Ana y el resto a casa. Ducha, algo de cenita y partir de aquí os podéis imaginar…risas recordando el viaje, viendo fotos y contando anécdotas en todas las sobremesas. Una experiencia bonita, cargada de emociones y sin lugar a dudas, susceptible de ser repetida. En mi caso, eso sí, siempre acompañada de Amilcar.

A modo de reflexión y síntesis: Si Yo he llegado a Pita Floja todo el mundo puede hacerlo (eso sí, nunca tan bien acompañada)

5 comentarios:

  1. Ana Martínez Niñerola6 de agosto de 2012, 23:18

    Ahora falta otra entrada con las grandes frases pronunciadas, tanto en momentos de pájara como en otros donde parecía teníamos algo más de cordura

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  2. Campeonaaaaa en tots els sentits, com a persona, amiga, companyera, treballadora... ànim valenta!!!tu pots en tot i mes, sols en estar ahi ja estàs fent molt de bé. muaks i ànim. Tinc ganes de que compartisques totes eixes experiències en mi en persona, preparare cervesa i gyntonics a tope, jajajja.( momento confesiones)

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  3. ese paseo estuvo muy bonito y ana pues se merece una medalla pues llego hasta el final.... el lugar es magico y su gente tambien... aunque en todo el recorrido me preguntaba si Esther(torry)iba hacer una pregunta magica jejejejjej ATT: Susana

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  4. Me encanta abrir vuestro blog y ver un montón de aventuras nuevas (y vaya aventuras!!) Ya veo que estáis aprovechando el tiempo al máximo!

    Muy bueno el apartado de "Frases inolvidables". Torry te das cuenta que eres la que tienes más?? jajaja

    Un besazo desde Catalunya aventureras!!

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  5. Lo de "floja"... es una ironía no?? madre mía!!! como para ir con la cuelli-tiesa esta!! jajajajaja
    Ana... un placer conocerte a través del blogg... ten por seguro q si hubiese estado ahí hubiesemos acabado las dos igual!! jajaja
    Muchos besos aventureras!!
    ;)

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